EL POZO DE SAN LAZARO

  Parece que en estos días la primavera se ha instalado definitivamente en Zaragoza y estamos disfrutando de esos primeros soles y calores, esos días en los que apetece salir a la calle, pasear etc. Es por eso que hoy he inaugurado la temporada de bici de éste año, y me he acercado pedaleando hasta el Pozo de San Lázaro. Después de tantas obras, me ha sorprendido gratamente el resultado: Una original plaza y un balcón con vistas al Ebro.

  El Pozo de San Lázaro es un lugar mítico en Zaragoza, por la historia y la leyenda que lo rodea. La Wikipedia lo define como una sima que se encuentra en el río Ebro entre las dos arcadas más septentrionales del Puente de Piedra de Zaragoza.
  Se dice que éste pozo no tiene fondo y que todo lo que cae dentro se lo traga, incluso que es un ojo de mar que llega hasta Tortosa.
  Sea lo que fuere, éste lugar ha sido escenario de varias tragedias, intencionadas o no, ocurridas en Zaragoza. Hace un año, creo recordar, sirvió de tema principal en un programa de cuarto milenio, de Iker Jimenez.
  Uno de los acontecimientos más recordados es el del autobús que cayó al pozo y literalmente se lo tragó en el año 1971. Creo recordar que hubo un muerto y 10 personas a las que no encontraron nunca. Y diez años se tardó en sacar el autobús, gracias a los bomberos de Zaragoza. Recuerdo ésta historia porque era yo pequeña cuando lo contaban, creo que todos los niños de aquella época hemos escuchado hablar de éste asunto y del famoso autobús.
  El lugar toma su nombre de la antigua leprosería de San Lázaro, el lazareto.
  Otra historia que también es muy conocida es la del arriero que cayó al pozo con una caballería de mulas y nunca jamás se le ha encontrado. Es más, se dice que aún permanece en el fondo de la sima.
 A parte de las tragedias involuntarias ocurridas como las anteriores, también ha sido escenario de numerosos suicidios, como el de los amantes que al no consentir sus respectivos padres el matrimonio, decidieron atarse juntos con un cachirulo y tirarse al pozo.
  En 1975, sumergieron una imagen de la Virgen del Pilar de 150 kg de peso. Lo llevaron a cabo buceadores de la Federación Aragonesa de Actividades Subacuáticas. Nunca más se ha encotrado. Simplemente desapareció bajo las aguas.
  La leyenda urbana, dice que el pozo no tiene fondo.
  Es un lugar que siempre ha sido objeto de leyendas y malos augurios pero que ahora tiene una interesante plaza donde tambien se pueden contemplar las ruinas romanas que se han descubierto tras las obras.