LA ABANDONADA ESTACION DE CANFRANC

  Situado en la comarca de la Jacetania, se encuentra la localidad de Canfranc, y si seguimos la carretera dirección Francia, nada más pasar un túnel con el punto kilimétrico 666, nos adentraremos en Canfranc Estación. Es allí exactamente donde podemos disfrutar de la gran belleza del edificio de la Estación Internacional de Canfranc.
  La historia se remonta muchos años atrás. Inaugurada por Alfonso XIII en 1928, fue cerrada 8 años más tarde por la Guerra Civil. En 1940 reabre sus puertas para convertirse así en el eje principal de comunicación y transporte entre Francia y España.
  Durante la II Guerra Mundial, los alemanes transportaban el oro de los judíos, con dirección a Madrid o Lisboa mediante éste eje de comunicación.
  Se puede decir que fue una época dorada, en la que las comunicaciones funcionaban estupendamente y de la que resultó un claro beneficio para Canfranc, y para todo Aragón.
  La majestuosa obra, consta de un edificio de nada menos que 241 metros de longitud de fachada, adornada con 156 puertas y unas 300 ventanas. Se dice que son exactamente 365, una por cada día del año. Coronada con una gran cúpula de pizarra negra, fue en aquel tiempo una verdadera obra de arte, realizada con los más novedosos materiales de construcción. Nada más y nada menos que pasó a convertirse en la segunda más grande del continente europeo, por detras de la alemana de la ciudad de Leipzig.
  Concluída, la II Guerra Mundial, y con ello, la llamada "ruta del oro nazi", la estación sigue funcionando en el transporte de viajeros y mercancias entre los dos paises vecinos.

  Pero en el año 1970, un tren descarrila a su paso por el puente francés de L´Estanguet, dejandolo totalmente destrozado. La compañía francesa, se niega a reparar dicho puente, comenzando así el gran declive de la estación que ha llegado a nuestros días.
  La estación, hoy en ruinas desde hace mucho tiempo, sólo recibe desde entonces un tren: el mítico CANFRANERO, que une Zaragoza con Canfranc, antigüo, lento y casi en desuso, pero es, como decir, una línea entrañable, a la que todos que somos de por aquí conocemos.
  El edifico, a pesar de su ruina y dejadez, no deja de ser visitado por muchos turistas practicamente todos los días del año.
  El paraje es incomparable y a pesar de la tristeza que provoca ver la estación en esas condiciones, merece la pena visitarla, porque no existe otro edificio igual.
  Se han hecho muchos esfuerzos para su reabilitación y reconstrucción. Ha habido muchos proyectos de ese tipo y actualmente creo, que se va a restaurar.
  Sea como fuere, Canfranc es un lugar maravilloso y la estación es toda una obra de arte digna de contemplación.