EL PERGAMINO DE CHINON Y LA MALDICION TEMPLARIA

  Hace unos seis años, la investigadora italiana Bárbara Frale, encontró entre los archivos secretos del Vaticano el documento conocido como el Pergamino de Chinon, documento que se creía perdido por un error de catalogación. Fechado en Chinon en Agosto de 1308, este documento, contiene la absolución del Papa Clemente V a la Orden del Temple y ha permancido oculto durante la friolera de siete siglos. Ni que decir tiene, que una vez sacado a la luz, el Vaticano (como no) ha hecho negocio con él, editándolo nuevamente y vendiento ejemplares a precios desorbitados.
  Pero empecemos desde el principio;  La historia se remonta a un 13 de Octubre de 1307, viernes 13, para más datos, (origen de la leyenda del día de la mala suerte). Fue ese día cuando Jacques de Molay, gran Maestre de la Orden del Temple, y otros 550 hermanos, fueron arrestados y confiscados todos sus bienes. Fueron acusados de herejes, traidores, y cientos de cosas más. Torturados hasta casi la muerte, algunos de ellos, terminaron confesando hechos falsos y atribuyéndose cargos que no habian cometido, todo ello con la esperanza de salvar su vida. Pero en Abril de 1310, la sentencia recayó sobre ellos, condenándolos a la hogera. Exactamente a 54 templarios. Se les condenó así mismo a mostrar arrepentimiento público, a lo cual Jacques de Molay y otros se negaron.
  Felipe IV, siempre se mostró interesado, al igual que muchos otros en el famoso Tesoro Templario y creyó que una vez muertos y quemados en la hogera, lo haría suyo.
  Jacques de Molay, antes de ser quemado, maldijo al Papa, al Rey y a la monarquía francesa hasta la 13ª generación. La llamada maldición templaria se cumplió, ya que Clemente V murió un mes más tarde, Felipe IV "el Hermoso", a los 3 meses y la monarquía francesa se extinguió 13 generaciones después. Es la llamada leyenda de los reyes malditos. A Felipe IV, le sucedió en el trono Luis X, el cual murió envenenado, y a éste su hijo que sólo duró unos pocos días, y así sucesivamente hasta extinguirse definitivamente.
  Los Templarios fueron extinguidos, o al menos eso se creyó, ya que como he dicho antes, el pergamino de Chinon con la absolución apareció tiempo después. Pero nada más lejos de la realidad.
  La leyenda cuenta que Jacques de Molay, unos días antes de morir, hizo llamar a un hombre de su confianza: François de Beajeu, sobrino del anterior Maestre Guillaume de Beajeu. Molay, le encargó entre otras cosas, la reorganización de la Orden, instruyéndole en los secretos de la misma. Pero antes, le encargó una importante misión: debía dirigirse a las tumbas de los Maestres del Temple y en concreto a la de su tío, donde hallaría un joyero en el cual se encontraba la reliquia más preciada por los caballeros de la Orden, el dedo índice de la mano derecha de Juan Bautista. Molay, le reveló también que junto al joyero, en el mismo féretro se hallaban los documentos y anales secretos de la historia de la Orden del Temple, así como el famoso Tesoro Templario.
  François de Beajeu, convenció a Felipe el Hermoso para que le permitiera inhumar el cuerpo de su tío, alegando derechos de familia. Así es como se recuperaron las riquezas de la Orden y los archivos secretos. Al menos es lo que la leyenda cuenta.
  Mas tarde, reunó a otros 8 fieles caballeros y juraron propagar de nuevo la Orden del Temple por todo el mundo. La Orden se reorganizó en Aberdeen y siglos después aparecieron las primeras logias masónicas escocesas. Muchas de ellas han perdurado hasta nuestros días.
  En cuanto al ansiado Tesoro Templario, nada se sabe, ni siquiera si es cierto que existe. Según la leyenda, debe de estar custodiado por alguien de la Orden, y quizá, quien sabe, todavía hoy permanezca en algún lugar oculto, o tal vez, sólo sea una leyenda.