SANTA MARIA DEL MAR

     La Basílica de Santa María del Mar es uno de los vértices del triángulo equilatero formado por la disposición de tres templos emblemáticos en Barcelona. Los otros dos vértices son La Catedral de Barcelona y la desaparecida iglesia gótica del convento de Santa Caterina.  La disposición en forma de triángulo equilátero de estos tres templos, no es casual y fue la consecuencia de que en otro tiempo la ciudad de Barcelona fuera conocida como "la ciudad de las tres catedrales".
  Dejando a un lado dos de éstos tres templos, centraré este post en Santa María del Mar, una verdadera maravilla de la arquitectura gótica.  No hay otra igual en toda Europa, por la igualdad de sus naves y la separacion de 15 metros entre los pilares. La catedral del Mar, que inspiró el libro escrito por Ildefonso Falcones, es un prodigio de las matemáticas y de la geometría sagrada. Toda la iglesia es un juego numérico perfecto en el que todo está calculado hasta el mínimo detalle en su simbología. Cada pieza encaja a la perfección formando un puzzle perfecto en el que se dibuja un cuadrado en el que se puede inscribir una circunferencia. Nada, absolutamente nada, es casual en ésta obra.
  La también llamada "Catedral de los gremios" cuenta con cuatro puertas que simbolizan los cuatro tiempos del año litúrgico, como en otros lugares relacionados con el Temple. Su estilo arquitectónico plasma perfectamente la idea de que "Dios es infinito", de ahí que encontremos en sus puertas el Cronocrator o Cosmocrator.
  Su simbología es infinta, encontrando símbolos zodiacales en las jambas de las puertas. Y hablando de la puertas, podemos distinguir, dos laterales, llamadas Puerta de los Sombrereros y Puerta de los Morereros. Siedo la primera la más antigua. La más nueva es la Puerta de Born. Esta última cuenta con varias esculturas de hombrecillos (bastaixos), que son un claro homenaje de los canteros a los que fueron los encargados de transportar las piedras de las canteras de Montjuic.
  Una tradición gremial, cuenta que la costrucción de la iglesia de Santa María duró tantos días como piedras tiene. Cada amanecer, los canteros labraban una piedra en las faldas de Montjuic y los bastaixos la transportaban hasta las obras y allí los maestros albañiles la colocaban en el lugar que le correspondía.
  Levantada en sustitución de la capilla que se encontraba en ese mismo sitio, Santa María de las Arenas, es hoy en día uno de los monumentos imprescindibles en la bonita ciudad de Barcelona.

Fuentes consultadas:   * artehistoria (imagen)
                                  * celtiberia.net