LA BASA DE LA MORA

  La Basa de la Mora, es el nombre con el que se conoce en la zona, al Ibón de Plan. El Pirineo está lleno de ibones o lagos de montaña, rodeados de espectaculares paisajes y llenos de leyendas.

  Para llegar hasta la Basa de la Mora, tenemos que ir dirección Bielsa, y antes de llegar, desviarnos hacia el Valle de Gistain hasta encontrarnos con Saravillo. Desde este pequeño pueblo se puede subir andando hasta el Ibón o en coche por una pista hasta el refugio de Lavasar. Alli, si que debemos dejar el coche y subir unos 10 minutos a pie hasta el Ibón.  Es una excursión recomendable debido a su fácil accesibilidad y sobre todo por la belleza de sus paisajes.
  Pero si quieres ver cosas todavía más espectaculares, es mejor subir en la noche de San Juan. Cuenta la leyenda, que si pasas la noche de San Juan, a orillas del lago y te lavas la cara con sus cristalinas aguas, al amanecer, se forma en las aguas un remolino vertiginoso que termina transformándose en una hermosa mujer. Comienza a bailar una danza mágica, que embruja, con serpientes enroscadas armónicamente por todo su cuerpo brillante por preciosas joyas.  Dicen que es el alma de una princesa mora, que se perdió por éstas tierras hace muchísimos años, huyendo de las guerras entre moros y cristianos y su alma se quedó atrapada para siempre en el lago.  Cada año, en la mágica noche de San Juan, sale del lago danzando armoniosamente. Pero no todos la pueden ver: sólo las personas que tengan el alma limpia y la mirada sincera pueden verla.
  Todavía en nuestros días, los más viejos del lugar dicen: " Si ye que i puyas bela maitinada de San Chuan ta ibón y no la bieses, habrás de pensare en labá-té l´anima....Solo es güellos limpios pueden biere a la prinzesa mora de las cumbres"; que significa " si es que subes alguna mañana de San Juan al Ibón, y no la vieses, habrás de pensar en lavarte el alma...sólo los ojos limpios, pueden ver a la princesa mora de las cumbres".
  Ya lo sabes, no dejes de ver éste ibón si pasas por la zona, porque de verdad que merece la pena, pero si vas en la noche de San Juan, quizás veas algo más que un ibón.