martes, 8 de marzo de 2011

MONASTERIO DE SAN JUAN DE LOS REYES

  El pasado fin de semana, tuve la suerte de viajar a Toledo, ciudad que no conocía, y de la que he vuelto encantada. Hay mucho que ver allí, pero sólo el hecho de pasear por sus calles ya te transporta a otra época llena de historia. Uno de los muchos lugares que visité, fue el Monasterio de San Juan de los Reyes, mandado construír por los Reyes Católicos en conmemoración de la batalla de Toro (1476). Aunque en un principio, este templo, tenía por objeto dar sepultura a los monarcas, finalmente éstos, fueron enterrados en Granada a pesar de ser un edificio de gran valor simbólico para Isabel y Fernando. El estilo del monasterio, es claramente del llamado gótico isabelino y en él se puede contemplar una grandísima riqueza artística y ornamental.  El arquitecto y constructor encargado de la obra fue Juan Guas, español de origen bretón. En el Museo del Prado, se conserva un dibujo de éste edificio, realizado por el mismo Guas.
  El monasterio, sólo posee una nave con capillas laterales en los contrafuertes. Tiene dos portadas, al norte y al oeste y el espacio del crucero se encuentra perfectamente diferenciado con una zona dedicada a la realeza y a la corona y otra para el pueblo llano y cubierto por una cimborrio octogonal. La cabecera se encuentra cubierta por una bóveda de crucería.
  Dentro de la iglesia, la decoración es muy abundante, en la que destacan los escudos de los Reyes Católicos sostenidos por águilas.
  El Claustro, se une a la iglesia por una puerta pricipal, y al igual que la iglesia, rebosa en decoración con elementos vegetales y animales fantásticos.  También se puede observar una franja con inscripciones referentes a los Reyes Católicos.  Tiene dos pisos; el inferior con arcos apuntados y el superior con arcos mixtilíneos. La cubierta es de madera con artesonado mudéjar.
  El emblema de los Reyes Católicos, aparece por varios sitios, con el águila de San Juan, con la I y la F, el yugo y las flechas y el lema "tanto monta". También aparecen los leones, símbolo de la monarquía y de Dios.
  Desde el claustro, mirando hacia la parte alta, se pueden ver bonitas gárgolas, algunas de ellas con curiosas formas, como la de un gaitero.
  Otra vez dentro de la capilla, merece la pena mencionar, la impresionante vidriera que hace que pase la luz natural.
  Ya en el exterior, llaman la atención, las famosas bolas isabelinas que sirven de decoración, y elementos tan curiosos como las cadenas qeu cuelgan en el crucero, simbolizando la liberación de los cristianos cautivos durante la guerra de Granada. Existen varias leyendas en Toledo sobre estas cadenas y sobre el herrero que las fabricaba.
  Un lugar con mucha historia, y una riquísima decoración, que merece la pena ser vista y deleitarse con ella.

4 comentarios:

  1. Marian, hace mil años que estuve en Toledo y guardo un recuerdo precioso, un articulo muy bueno el que nos traes hoy y que volveré a releer. Un saludo.

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  2. Muchas Gracias, Carlos. A mi tb me ha gustado mucho Toledo, una ciudad preciosa y donde he pasado un bonito fin de semana (a parte de las cuestas que hay en las calles uff). Un saludo

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  3. Muy enigmática Toledo, con sus calles laberínticas, te transporta al pasado. Ya hace tiempo que no he vuelto, creo que debería acercarme en cuanto tenga ocasión.
    Me alegra que sigas disfrutando tanto de los viajes y el arte. un abrazo.

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  4. Hola loli, Toledo me encantó. No lo concia y me parecio una hermosa ciudad y con mucha historia también. Las cuestas casi me matan, pero a parte de esto, un finde estupendo. Un abrazo, Loli

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